JÓVENES PARA EL CAMINO

10.03.2010 12:51

 

La Asamblea general adoptó el 17 de diciembre de 1999 la recomendación hecha por la Conferencia Mundial de Ministros de Asuntos de la Juventud (Lisboa, 8-12 de agosto de 1998), declarando el 12 de agosto el Día Internacional de la Juventud.

Con este motivo, Grupo Pilares desea recordar y resignificar la importancia de la juventud en épocas de transformaciones que amenazan día a día el Derecho a la Vida de millones de personas, vulnerando a las futuras generaciones al expulsarlas del acceso a la Justicia Social.

Busquemos e interroguemos a nuestros jóvenes. Nos encontraremos con respuestas difusas e incompletas, con expresiones molestas como ‘los chic@s son vagos’ o ‘no piensan’ o ‘los jóvenes son chorros’. No comprenderíamos las indefiniciones dejando de mirar hacia el pasado. Es necesario pensar la actual juventud argentina comprendiendo los procesos que la trasformaron para desprestigiarla hasta volverla obsoleta e incómoda hasta innecesaria.

Podríamos comenzar pensando en los jóvenes de la década del 70, en sus valores, sus prácticas sociales y políticas. Aquellos jóvenes que crecieron durante la dictadura militar solo conocieron el autoritarismo, las armas, el sometimiento y los secuestros. ¿Qué hizo la juventud ante tanto atropello ideológico? En la década del 70 los jóvenes cuestionaron y reflexionaron las prácticas ilegales y coactivas de los gobiernos autoritarios, por lo que decidieron luchar en búsqueda de justicia a fin de transformar la realidad. Se organizaban, discutían, reían, proyectaban ilusiones, etc. recordemos aquel triste episodio de secuestros sistémicos en La Plata, cuando las autoridades decidieron eliminar las tarifas de trasporte reducidas, ante lo cual, los jóvenes se organizaron para protestar mediante manifestaciones. La respuesta de los militares no se hizo esperar: el jefe de la policía ordeno la muerte de los que intervinieron en la protesta. Nueve adolescentes de 14 a 18 años fueron secuestrados y solo uno de ellos sobrevivió. Años más tarde un poeta escribió:

 

“Yo no robé el fuego de los dioses,

sólo sustraje el de esos nueve jóvenes,

que pedían más de lo admitido.

Yo mismo ideé el operativo,

esas acciones comandé yo mismo:

había que hacerlo, eran subversivos.

 

 

Subversivos, alumnos de la escuela

secundaria, ya dispuestos a enfrentar

a un Autoridad como la nuestra. ¿Tenía

yo otro camino, otro modo de segar esa fuerza manifiesta

de maldad, cuando se encarna en jóvenes?

 

Ordené la detención, ordené

el secuestro y el tormento, el hierro;

ordené el exterminio, que murieran.

 

Ahora, a este hecho condenado,

en este hospital sufro el suplicio

de un cáncer que picotea mi hígado.

 

Y veo ante mis ojos nueve lápices

que con letra infantil, frente a mis ojos,

escriben y repiten la consigna:

 

BOLETO ESCOLAR GRATIUTO

LES EXIGIMOS”

 

Leonidas lamborghini, Comiqueo del Boleto. Citado en: Dussel, I.; Finocchio, S. y Gojman, S. haciendo Memoria en el País de Nunca Más. Ed. Eudeba. 3ra edición, 2007.

 

La dictadura buscaba despolitizar a la sociedad para introducir un nuevo modelo de acumulación capitalista que desfavorecería a la mayoría de las clases sociales reduciendo la cadena de la producción. En especial, la dictadura actuó directamente contra aquella franja etaria en donde se generan y producen ideas altruistas y de acción social: la juventud. El 70% de las personas desaparecidas tenían entre 16 y 30 años, eran jóvenes que compartían una generación de lenguajes, valores, creencias y gustos, constituyendo procesos de sociabilización formando parte de organizaciones juveniles con objetivos en común.

Ahora miremos el producto de los años de secuestros, torturas y muertes: los jóvenes de los años 90 están lejos de la politicidad social. Son individualistas, no luchan y solo se preocupan por la búsqueda del placer propio. Tal vez, por esto se entienda que en la Argentina salgan a manifestar los jubilados y no los jóvenes. Los años de democracia se construyen con sujetos despreocupados por la Justicia Social y el Derecho a la Vida, despreocupados por proyectarse en el futuro y compartir experiencias que motiven el pluralismo. Solo buscan el placer corpóreo motivado por la modernidad liquida que reemplaza al Ser por tener para Ser. El objeto de consumir moldea nuestras conductas, valores y actitudes de solidaridad, además deja fuera de juego aquellos jóvenes que no tiene solvencia para ingresar en el sistema para luego ser rechazados como los ‘inútiles’, ‘molestos’ y ‘obsoletos’. Argentina se convirtió en un supermercado lleno de vacios para los jóvenes[1]Los jóvenes se dan cuenta que esto sucede. Que sobran. Para ellos no hay trabajo o es el peor. Los chicos McDonald's en Buenos Aires (o en las provincias) deben tener buena presencia, saber inglés, manejar ordenadores, buen nivel cultural y social para ganar sueldos entre 200 y 300 pesos. Se les da un gorrito, un uniforme y ya está, pertenecen al hiper, como si fueran de Boca. Flexibilidad. También se lo llama los "chicos multiuso". Y estos son los "afortunados". El resto no puede encontrar ese lugar. En Europa el 25% de los jóvenes trabaja en las condiciones McDonald's. Extremismo de la humillación.,  porque las transformaciones de la dictadura militar acompañado por los ‘ajustes’ económicos de la década neoliberal desafilió[2] a millones de personas afectando el desarrollo emocional y la satisfacción de  necesidades básicas de futuras generaciones. El campo laboral de los jóvenes se cotiza en términos de explotación y violencia simbólica porque ya no hay lugar para ellos en la cadena de producción basada en la tercerización y “

Entonces, un buen día, se toman todo el tetrabrick en la calle sin saber a quién culpar. Se golpean. En el Gran Buenos Aires se llama arrebato. Es una palabra/categoría nueva. Un rock pesado del grupo 2 Minutos se titula así. Vos vas caminando por la calle muy confiado y de repente te comés un arrebato. Caés arruinado en la vereda y todos ellos te siguen boxeando. No vayas solo por la noche...

«Qué es el arrebato? Un nuevo fenómeno psicosocial. La palabra la debieron crear los propios jóvenes, todos aquellos a quienes la sociedad deja a la intemperie.

Es una explosión de violencia sin dirección. Unos pibes que ya no dan más. No pueden comprar lo que les hacen desear; van a colegios destruidos con profesores destruidos. No saben con quién jugarse. Más allá, alguien que les dice Jugate conmigo, saltá la piola como estúpido, gritá ay! (música de fondo). Pero afuera (que es el adentro) oyen una sola palabra: ajuste. Ajuste y más ajuste. Están en el kiosco, toman cerveza; a lo lejos se ve la patrulla. ‘Alguien grita: allá viene la yuta! / Descarten los tubos, empiecen a correr. / El oficial grita: contra la pared! / documentos, acompáñenme! / Demasiado tarde para correr’. El compact se llama Puente Alsina. Un puente que cruza el riachuelo. De un lado la exclusión, del otro Puerto Madero. Es decir, Neustadt solicitando al público que por favor asesinen a balazos a los chicos que roban pasacasetes. Un compact de una de las miles de bandas de rock. Hoy tiene algo de plata, mañana están en cana.

No quisiera ser ellos. A ese extremo. No quiero estar en sus lugares sin espacio. Ni utopías ni pasado. Un fragmento del tiempo. Una ilusión por tevé. Consumidores sin consumo. Un modelo que dice con franqueza brutal: ustedes, pibes, se van a quedar sin nada. Y si quieren estudiar van a tener que pagar. Entonces es cuando sucede el arrebato. Unos se golpean a los otros.”[3]

                Recordar el día de la juventud no es tarea fácil cuando sabemos y somos consientes de la cantidad de atropellos cometidos. Sería una postura muy cómoda denunciar dichas violaciones y quedarnos de brazos cruzados, necesitamos acción, sujetos pragmáticos capaces de ser responsables, dedicados y autónomos para el desarrollo constante de contenidos pluralistas y abiertos a mejorar las condiciones de trabajo, salud, vivienda, educación de todos los ciudadanos y en especial de aquellos ciudadanos que serán los constructores futuros del país. Para estas iniciativas se necesita de esfuerzos, reflexiones conjuntas y cambios conceptuales destinados a la transformación social. Es por eso, que en el día Internacional de la Juventud, Grupo Pilares hace esta reflexión para movilizar tus sentimientos y tus inquietudes con el objeto de despertar la rabia justa[4], la rabia que protesta contra las injusticias, contra la deslealtad, contra el desamor, contra la explotación y la violencia (Freire, P.; 2008; pp.41). Después de esta lectura Grupo Pilares te invita a participar e involúcrate en los proyectos de acción social, gestión cultural y federal, para que construyas, diseñes, discutas y debatas nuevos proyectos destinados a ponerlos en acción como un medio de conocer al mundo interviniendo en él, lo cual implica pensar críticamente la práctica de hoy o la de ayer para mejorar la próxima. Grupo Pilares te invita mantener vivo el gusto de la curiosidad, de la aventura y el de la rabia justa como fuerzas creadoras.

 

Bibliografía:

§ Castel, R. (1997). La metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del asalariado. Ed. Paidós, Bs. As.

§ Dussel, I.; Finocchio, S. y Gojman, S. (2007). Haciendo Memoria en el País de Nunca Más. Ed. EUDEBA, Bs. As.

§ Freire, P. (2008). Pedagogía de la autonomía. Saberes necesarios para la práctica educativa. Ed. Siglo XXI, Bs. As. (1° edición argentina 1997).

§ On-line: www.herramienta.com.ar (Herramienta, debate y crítica marxista).

 



[1] Ver: Rosenzvaig, Eduardo. Argentina: Un supermercado lleno de vacios y de jóvenes. Publicado en Herramienta, debate y critica marxista. On-line: www.herramienta.com.ar

[2] A modo particular adopto el vocabulario y distinción que hace Robert Castel sobre la desafiliación y la exclusión. La exclusión es un concepto inmóvil, designa un estado o, más bien, estados de privación constatando las carencias que no permiten captar los procesos que la generan. A diferencia de la exclusión, la desafiliación nos permite comprender los procesos que llevan a grupos sociales de desplazarse de una zona a otra: por ejemplo, a pesar de la integración o vulnerabilidad, o caer desde la vulnerabilidad en la inexistencia social. Es decir, hablar de desafiliación no es confirmar una ruptura, sino trazar su recorrido. El desafiliado esta disociado, invalido, descalificado. Buscar este recorrido nos lleva las zonas de vulnerabilidad que deshacen las estabilidades aseguradas marcando la incertidumbre y la desdicha. (Castel, R.; 1997; pp. 1-17).

[3] Ver: Rosenzvaig, Eduardo. Nuevos indios en la Tierra-Patria. Publicado en Herramienta, debate y critica marxista. On-line: www.herramienta.com.ar .El subrayado es mío.

[4] Resulta útil el significado dado por Freire, P. a la idea de Rabia Justa como la asunción de lo emocional cuando se percibe las razones de ser movilizado por la curiosidad epistemológica. Cabe destacar que Freire limita el sentido de la rabia, alegando que la rabia no puede perderse ni correr el riesgo de resultar en odio, porque se perdería n los limites que confirman la rabia de las i justicias, es decir, se perdería el razonamiento lógico de los procesos que las causan.

Redacción: Vaniria D. Abbona. Jefa del Departamento de Capacitación de Grupo Pilares-Mendoza.

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